Su sitio es la inmortalidad.

23599-fotografia-m

Por: Julio Alejandro Gómez Pereda / Palabras entre el café

Enfrentarse a una página en blanco a veces es complicado, pero si se pretende escribir sobre alguien como Wichy, desde una generación distante, siempre es complicado.

Dice Silvio Rodríguez que Wichy fue el mejor poeta de su generación, y ese es un criterio compartido por todos los que vivieron los años felices para acompañar a Luis Rogelio Nogueras en su efímero, pero contundente paso por la vida.

Dicen que era un hombre alegre, de una inteligencia incomparable y una cultura aún mayor, que su espíritu y nobleza precedían sus acciones y que su capacidad de enamorar se extendía no solo a las mujeres, sino que amigos y hasta enemigos quedaban prendados de su personalidad. Hay que lo cataloga como una riqueza personal y todos lloraron amargamente su muerte.

Julio Cortázar lo tuvo en la cabecera de su cama en los momentos finales de su cronopia existencia, y él devolvió el favor dedicando el último escrito al hombre de la Rayuela.

Hay un libro, de obligada lectura para quienes quieran comprender quién es Wichy (porque ya yo entendí que no se puede hablar en pasado) y porque se fue antes de tiempo: El Cisne Salvaje: Homenaje a Luis Rogelio Nogueras.

El Cisne Salvaje

Ya tengo la certeza de que para hablar de la Cuba intelectual, del pensamiento poético (socialmente poético) de la Revolución, es necesario conocer a Wichy.

Es un placer ser joven y encontrarlo, es un orgullo descubrirlo cubano desde su internacionalidad cultural, es una suerte compartir la tierra, pero más aún es toda una experiencia leerlo y leer sobre él, una de esas que te da un aliento de vida y te recuerda porqué hay personas que tienen su sitio en la inmortalidad.

6 comentarios en “Su sitio es la inmortalidad.

Deja un comentario